Desde que tomé la decisión firme de dejar la adicción al porno y convertirme en una persona diferente, he leído mucho acerca del tema, he visto muchos vídeos en youtube y escuchado gran cantidad de entrevistas y necesito hablar de forma crítica sobre algo.
Vaya por delante que comprendo que no todos tenemos que enfocar nuestros problemas de igual modo, pero a veces siento que hay cierto halo de misticismo y de fábula rodeando a nuestra adicción y se venden determinadas bondades de dejarlo como si se necesitase algún tipo de estímulo extra más allá de recuperar libertad y ganar calidad de vida.
Tanto desde el movimiento NoFap como desde el Semen Retention tratan de convertirse en realidad una serie de mitos que solo consiguen echar paladas de frustración sobre todos aquellos que se proponen la meta de dejar el porno porque a cambio van a recibir una serie de cualidades extraordinarias y no obtienen nada o lo que obtienen es de mucha menor intensidad que la esperada.
Hay que tener mucho cuidado y no se está teniendo. Son muchos y muchas los que hablan de la obtención de «poderes» que van desde un tremendo atractivo que te convertirá en un imán para las mujeres hasta una capacidad de concentración que hará que seas un genio.
Toda esa simplificación nos lleva de nuevo al peor punto de partida posible: hacerlo por las recompensas fáciles a corto plazo, y ese en definitiva es casi siempre el desencadenante de lo que queremos dejar.
Por eso hay que hablar claro: no hay poderes, no hay un sustancioso regalo en la cima de la montaña, no hay una gran recompensa al salir del túnel.
¿Eso quiere decir que no obtendrás nada? En absoluto, pero creo que el enfoque no es correcto. No se trata de obtener o de recibir, creo que es mucho más correcto otro concepto: recuperar.
Es el porno el que ha limitado tu capacidad de concentración, ha rebajado tu autoconfianza, ha consumido tu energía, ha absorbido buena parte de tu capacidad de relacionarte y te ha generado problemas como la disfunción erectil o la eyaculación retardada. Todo ello son consecuencias nefastas producidas por el enganche y se reflejan en tu día a día en un empeoramiento notable de tus habilidades personales, sociales y profesionales.
Es decir, la pornografía es la causante de tu pérdida de desempeño profesional, de tu pérdida de atractivo, de tu pérdida de autoestima y del deterioro de todas tus relaciones.
Por eso cuando lo dejas vas recuperando poco a poco todo ello. No es que no existiesen, no es que nunca hubieses tenido todas esas capacidades, al contrario, ya eran tuyas y se las entregaste al porno y ahora es el momento de recuperarlas.
Y no se trata de que haya que hacer ningún tipo de ritual ni de ejercicio mental. Desde el mismo momento en el que dejas el porno, empieza la recuperación.
Hace tres meses, mientras estaba inmerso en uno de mis peores momentos en la adicción, era incapaz de trabajar de manera fluida durante más de media hora. Si estaba escribiendo necesitaba realizar paradas constantes, veía algo de porno, me masturbaba y entonces me daba permiso para continuar.
En una jornada de trabajo normal ese ciclo solía repetirse entre dos y cuatro veces. Si quería hacer mi trabajo tenía que repetir el ciclo PMO (Pornografía, Masturbación, Orgasmo) un mínimo de dos veces para poder avanzar un mínimo. Eso suponía un desgaste energético brutal, sobre todo cuando se repetía varias veces a la semana.
Pero el problema ya no era solo de energía. Mi capacidad de concentración decaía cada vez más. Me resultaba casi imposible mantenerme concentrado y en flujo de trabajo más allá de media hora. Además, la calidad del trabajo era bastante peor porque también le estaba quitando mucho tiempo porque esas paradas de PMO se iban haciendo cada vez más largas.
Han pasado 10 semanas desde que dejé el porno y la recuperación es notable: puedo sentarme a escribir y simplemente escribir. Las autointerrupciones, el autosaboteo constante ya no existe. Mis niveles de ansiedad referidos a tener que escribir por trabajo o por placer están al mínimo.
Y eso no es ningún súper poder que haya surgido de mi interior. Eso ya estaba ahí. Esa ya era mi forma de escribir: afrontar la hoja el blanco del tirón, sin pausas, sin historias, sin desvíos y sin sabotajes.
Sin embargo, esa recuperación, aunque la considero muy importante, no es la más relevante para mí. He vuelto a notar una sensibilidad en el tacto que hacía muchos años que no experimentaba. Soy mucho más sentido en mis abrazos y en cualquier tipo de caricia o contacto físico, los noto de verdad y me transmiten muchísimo más que hace tan siquiera unos meses. Y eso para mí, que soy muy de abrazar, vale oro.
Por eso creo que es importante desmitificar algunos mensajes que se van lanzando. No hay un superhéroe después del porno. No habrá incremento de testosterona, no habrá un mayor atractivo ni todas las mujeres del mundo empezarán a mirarte con deseo. Nada de eso ocurrirá. No vas a ser un genio de la noche a la mañana.
Pero sí que habrá una recuperación. Volverás a ser lo que eras antes del porno. Y más allá de eso: serás una persona libre. No te dejarás esclavizar por nada ni por nadie. No participarás de una industria que genera millones de adictos por todo el mundo y que alimenta una percepción de la sexualidad y de la vida terribles. Y todo eso vale muchísimo más que la promesa de ningún poder.
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